Se disparó la cuenta de importaciones, el primer semestre supera el récord de los últimos 30 años

No sólo se debe al impacto de la invasión rusa a Ucrania, sino también a la disminución de la oferta local de gas y a un incremento de la demanda doméstica incentivada por el abaratamiento de las tarifas en términos reales.

Noticias Por: Redacción 02 de agosto de 2022

barco gasificador

La disparada de las compras no se debió solo al impacto de la invasión rusa a Ucrania sino también a la disminución de la oferta local de gas y a un incremento de la demanda doméstica incentivada por el abaratamiento de las tarifas en términos reales. Además, influyó la improvisada gestión del área energética donde la falta de coordinación se hizo evidente.

Las importaciones de energía demandaron en el primer semestre US$ 6609 millones, un 190% más que en igual período de 2021. Es la cifra más alta en 30 años, superando incluso los 6413 millones de 2013. La consecuencia fue una disparada del déficit de la balanza comercial energética que trepó a US$ 2648 millones, un 654% más que un año atrás. Es el mayor rojo que registra el sector desde 2014, según cifras oficiales compiladas por la consultora Economía y Energía, que dirige Nicolás Arceo.

La disparada de las importaciones no se debió solo al impacto provocado por la invasión rusa a Ucrania sino también a una disminución de la oferta local de gas natural, producto de la saturación de la capacidad de transporte en la cuenca neuquina y el declino de las restantes cuencas, y a un incremento de la demanda doméstica incentivada por el abaratamiento de las tarifas en términos reales. Además, influyó la improvisada gestión del área energética donde la falta de coordinación se hizo evidente debido a las pujas políticas dentro del gobierno.  

Entre los factores que influyeron en esta suba fueron la menor disponibilidad de gas, producto entre otros factores del aumento del costo de importación de GNL derivó en una contracción interanual de 3% en el primer semestre. Sin embargo, esa caída no es homogénea y se explica casi exclusivamente por un retroceso de 16,6% en el consumo de gas por parte de las usinas.

Mientras tanto, el consumo de las distribuidoras mostró en el primer semestre una suba de 12,5% frente al año anterior y de 16,9% frente a 2019. Es decir, en el peor momento de la crisis energética y cuando numerosos países están forzando ajustes en el consumo de gas para evitar el colapso, los hogares argentinos incrementaron su consumo de manera acelerada. “El aumento de la demanda por parte de las distribuidoras estaría reflejando el sensible abaratamiento que verificaron las tarifas de gas en los últimos años”, destaca Economía y Energía. Ese abaratamiento no fue solo consecuencia del congelamiento sino también de rebajas nominales en los precios a través de la ampliación del Régimen de Zonas Frías.

Algo similar ocurre con la electricidad. El consumo del segmento residencial durante el primer semestre creció 6,4% respecto del año pasado y 18,3% con respecto al mismo período de 2019.

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